
Bahía de Pollensa – no muerta pero en estado crítico
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Arrels Marines es una organización balear «unida por una pasión común, nuestro amor por el Mediterráneo». Su misión es “hacer preservar y garantizar un futuro sostenible para las Illes Balears a través de la conservación marina, la conciencia ecológica y la educación ambiental”.
En colaboración con el Ayuntamiento de Pollensa, Arrels Marines ha elaborado un informe sobre las condiciones ambientales en la Bahía de Pollensa. La presentación de este informe tuvo lugar el jueves en el Ayuntamiento. Dos miembros de la organización, Sebastià Cabanelles y Josep Vives, estuvieron acompañados por el alcalde, tomeu cifrey la concejala de Medio Ambiente María Buades.
El público asistente a la presentación estuvo formado por representantes de la Asociación de Vecinos de Puerto Pollensa, el Club Náutico y la Autoridad Portuaria IB.
El informe es un desarrollo adicional de un estudio inicial que se limitó a la posidonia marina. Por esta razón, se analizaron más impactos ambientales, con una conclusión, y quizás bastante dramática, que si bien la bahía no está muerta, se encuentra en estado crítico. Una de las razones de esto es que la biodiversidad se ha dañado tanto que la naturaleza «apenas puede recuperarse».
Partiendo de la posidonia, Arrels Marines fijó cuatro objetivos para el informe – Evaluar el estado ecológico de el interior de la bahía; Evaluación del impacto ecológico y social de las embarcaciones de recreo; evaluar el impacto de arrojar basura y fondear ilegalmente; y posibles soluciones.
Los cinco impactos principales en la Bahía, dice el informe, son descargas y derrames de aguas negras; la sustitución y suplementación de arena; baja movilidad oceanográfica; fondeo excesivo y presión náutica; y exceso de basura. En el caso de este último, se identificaron 62 objetos voluminosos mediante inmersiones en la zona examinada de la bahía. Estos fueron utilizados para anclar barcos y tumbarse en el fondo del mar; son típicamente concretos. Un total estimado de 2.375 en un área de 475.000 metros cuadrados.
Cabanelles señaló que un estudio de 1989 encontró que el ecosistema de la bahía estaba en muy buenas condiciones. «Era mucho más rico de lo que es ahora». Si bien los despidos han tenido su efecto, la mayor parte de la culpa recae sobre ellos. la presión de los barcos y de los escombros que fueron «arrojados por la gente». Agregó que hay efectos que no se ven. Hay mucho ruido en la bahía. Junto con la falta de refugio para los peces, esto significa que la población de peces es «muy baja».
Para Arrels Marines, el fondo marino necesita una limpieza a gran escala. Además, la organización propone la abolición de los barcos anclados permanentemente y la vigilancia activa para hacer cumplir las leyes de seguridad marítima y medio ambiente.
Maria Buades criticó algunos de los puntos, señalando, por ejemplo, que la policía de Pollensa paró barcos el pasado verano. Sin embargo, dado que el estudio estaba relacionado con el Ayuntamiento, los resultados no requieren acción si deberían significar algo. Hacen una lectura bastante aplastante.
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