¿Cuántos centros culturales/sociales necesita un pueblo, ninguno de los cuales existe realmente? Varios parece.
Vamos a ver. Ahí está el viejo campo de fútbol. Can Escarrintxo, para el que el Ayuntamiento de Pollensa ha presupuestado hasta el momento 500.000 euros con fines aún por determinar. Habría que pagar los 500.000 euros por el inmueble, para cuyo uso el ayuntamiento invitó a los ciudadanos a proponer -un centro cultural y social figura entre los demandantes-. Hay una trampa, a saber, la clasificación de la propiedad y la edificabilidad.
Luego está el antiguo cine de Plaça Major – 800.000 euros y contando – un lugar para conciertos y otros eventos culturales, mientras que también está el antiguo mercado de pescado que está en Plaça Major y se utiliza para fines municipales (no del todo claro) y necesitaba 290.000 euros. para la renovación. Banco Colonyapor su parte, tiene su proyecto para la antigua fábrica de Can Morató, dotada de un centro cultural.
Ahora tenemos la antigua estación de autobuses de Can Villalonga. Con un valor de 2,4 millones de euros, según el alcalde Tomeu Cifre, representa una «gran oportunidad» que el Ayuntamiento no puede dejar pasar. La oportunidad incluye una instalación de usos múltiples para actividades culturales y sociales.
No tiene absolutamente nada de malo tener espacios para espacios culturales y quizás Pollensa los necesite todos. Es solo que una vez que la idea se pone de moda y se asigna y gasta el dinero, es inevitable parecen ser problemas.
La propuesta de compra de Can Villalonga aún no ha pasado al ayuntamiento pero el alcalde se muestra «confiado». partidos politicos sera por eso.


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