Cientos de miles de refugiados ucranianos han buscado seguridad con sus mascotas, lo que demuestra que las mascotas también son parte de la familia y no deben quedarse atrás.
Jane tiene 29 años y está en Varsovia con Mika, un pequeño caniche blanco, que interrumpe la conversación con ladridos nerviosos y parece sobresaltado por el bullicio de la estación de tren.
(…)
Add Comment