MUJERES condenadas por brujería y torturadas hasta la muerte en los siglos XVI, XVII y XVIII pronto tendrán calles con su nombre en España.

Los diputados del Parlamento catalán aprobaron por amplia mayoría una resolución para rehabilitar la memoria de más de 700 mujeres que fueron torturadas y ejecutadas por brujería.

Las mujeres fueron indultadas oficialmente por el gobierno regional y tras la medida ahora son consideradas víctimas de «persecución misógina».

Parte de la rehabilitación propuesta es que los ayuntamientos de Cataluña revisen los nombres de las calles para incluir los nombres de mujeres condenadas por brujería como un «ejercicio de reparación histórica».

Un estudio de la revista académica Sapiens y una investigación del historiador barcelonés Pau Castell encontraron que Cataluña fue una de las primeras regiones de Europa en llevar a cabo cacerías de brujas y también fue considerada una de las peores zonas para las ejecuciones.

Según Castell, profesor de historia moderna en la Universidad de Barcelona, ​​a menudo se culpaba a las brujas de las muertes repentinas de los niños o de las malas cosechas.

Catorce mujeres fueron ahorcadas por brujería en España entre 1618 y 1622. No fueron quemados porque habían sido juzgados por jueces seculares y no por la Inquisición.

Se cree que decenas de miles, en su mayoría mujeres, han sido condenadas a muerte en toda Europa por brujería.

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