El 19 de enero, un carro bomba explotó a pocos metros de un edificio en la localidad de Saravena, en el municipio colombiano de Arauca, donde se habían reunido unos 60 líderes comunitarios.
Los activistas sobrevivieron al bombardeo porque, horas antes del ataque, levantaron barricadas improvisadas con barriles de plástico, que llenaron con piedras mientras disidentes de las FARC liderados por Antonio Medina intentaban asesinarlos.
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