En el embalse de Lindoso, en la frontera norte de España con Portugal, surgió un pueblo fantasma abandonado cuando una sequía casi vació la presa, atrayendo a multitudes de turistas ansiosos por tomarse una selfie inquietante.
El Embalse de Lindoso se formó hace tres décadas cuando las ciudades de A Reloeira, Buscalque, O Bao y Lantemil se inundaron en 1992.
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