Dos pueblos indígenas de la isla Hispaniola, los tainos y los igneri, creían que el sol y la luna emergían de las cuevas de Pomier antes de asumir sus posiciones en el cielo.
Ahora, siglos después, un proyecto de ley presentado en el Congreso de la República Dominicana podría resultar en que esta serie de 55 cuevas al norte de esta ciudad sureña, conocida por su vasto inventario de arte rupestre, sea reconocida como la «capital prehistórica de las Antillas».
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