era otro diferente Fin de semana ajetreado para la policía de Palma. El polígono industrial de Son Valentí se ha convertido en los últimos meses en el centro neurálgico del desorden y la violencia, en muchos casos extrema. Las fiestas empiezan el jueves y duran hasta bien entrada la madrugada lunes por la mañana.
Durante estos cuatro días, la zona industrial se convierte en el epicentro de peleasgritos, amenazas, carreras de autos, fiestas callejeras ilegalesLibertinaje y un general falta de control. El consumo de alcohol y drogas multiplica el desencadenamiento de discusiones entre ellos pandillas – Empresarios que operan en la zona aterrado ir al trabajo.
El principal problema es la clientela de una polémica discoteca de la calle Calçat. Ahí, grandes grupos Se dan cita latinos, africanos, españoles, habitantes de la favela de Son Banya y marroquíes. Algunos de estos grupos son conocidos por sus consumo excesivo de alcohol y abuso de drogasun cóctel perfecto para el combate off-road y la tensión.
Según la policía, un hombre de mediana edad se vio envuelto en una seria discusión en una discoteca en la madrugada del sábado. Una vez, cuando entró la seguridad del club, el hombre (de nacionalidad ecuatoriana) tomó una botella de ginebra y aplastar sobre la cabeza de un guardia de seguridad. A pesar de la gran fuerza del guardia, se derrumbó en el suelo, sangrado mucho fuera de mi cabeza. El resto de sus compañeros se desplazaron rápidamente hacia el agresor y lo retuvieron hasta que llegó la policía nacional y local.
Los paramédicos acudieron al lugar y atendieron a la víctima, quien sufrió un corte en la cabeza y perdió el conocimiento por unos segundos. Fuentes cercanas al caso informaron ayer de que el atacante ha sido detenido y que la policía está a la espera del alcance de las lesiones.
Desde hace un tiempo, esta zona del parque empresarial de Son Valentí se ha convertido en una problema serio. A las cinco de la mañana, cuando cierra el recinto, a la salida se concentran más de 500 a 600 jóvenes de diferentes nacionalidades y culturas. Luego comienzan las peleas, algunas de las cuales involucran a más de 200 personas. Algunos residentes de Son Banya y miembros de bandas latinoamericanas están armados con cuchillo.
Otro problema común es comportamiento antisocial. Como baños improvisados se utilizan comercios cercanos, inmuebles y vehículos estacionados en la calle. Algunos de ellos se suben a los coches, saltan las barreras metálicas de los edificios industriales y se enfrentan a los trabajadores. La falta de vigilancia permanente en la zona también ha hecho que Son Valentí se haya convertido en uno de los lugares más populares para las verbenas ilegales.
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