Hablar de la pandemia es ahora un tabú en la ciudad de Manaus, puerta de entrada a la Amazonía brasileña, a pesar de que la emergencia sanitaria ha disminuido.
Pero las familias de las víctimas no han olvidado la actitud frívola del líder derechista Jair Bolsonaro hacia el coronavirus y piden a sus compatriotas que elijan un presidente más «humano» en octubre.

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